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Prácticas rurales en Calatayud

Última modificación
Mié , 25/10/2023 - 01:47

Frankenstein, Orgullo y Prejuicio, Cumbres Borrascosas, Jane Eyre o Moby Dick…adentrarse en el mundo de la lectura es como embarcarse en una travesía sin fin, donde las palabras se entrelazan para formar universos inexplorados. En el corazón de esta aventura literaria, gracias al Programa Desafío–Arraigo suscrito entre la Universidad de Zaragoza y la Diputación Provincial de Zaragoza, la graduada en Filología Hispánica, Sofía Alejandre, ha descubierto un mundo de conocimiento en los apacibles pasillos de la Biblioteca Municipal de Calatayud.

“Mi pasión por la lectura y mi curiosidad por el conocimiento me llevaron a estudiar Filología Hispánica”, comenta Sofía mientras cataloga revistas de todo tipo, y es que la natural de Moros, una localidad a 20 minutos de Calatayud, no es la primera vez que accedía a este programa:  "Hice el mismo programa el año pasado en Ateca en un instituto, investigando, y tuve muy buenas experiencias”. Sofía no se lo pensó dos veces y decidió repetir, pero esta vez en la biblioteca municipal de la capital de la comarca gracias a las buenas referencias de una amiga que estuvo el año pasado. Una decisión que ha cambiado su vida.

"Muchos se imaginan que esto va solo de prestar libros y devolverlos, pero detrás hay muchísimo trabajo," revela Sofía, destacando la complejidad y diversidad de sus tareas diarias. Control de visitas, peticiones pendientes de otras bibliotecas de Aragón, empaquetar, desempaquetar, préstamos y devoluciones, catalogar revistas, ordenar…son solo algunas de las tareas que Sofía realiza en su día a día. “Siempre hay algo que hacer. Me ha sorprendido la cantidad de cosas que se pueden hacer, y es que realmente no paras. Se te pasa el día volado”, recalca la filóloga.

"Es un trabajo en equipo donde todos consensuamos. A lo que no llega el uno, lo soluciona el otro", expresa Sofía con gratitud mientras esboza una gran sonrisa. Y es que el corazón de la biblioteca late al ritmo de la cooperación, donde la pasión por el conocimiento une a este grupo de profesionales en una misión común. Pero lo más impactante para Sofía ha sido el trato cercano y amable con los clientes. "Me ha sorprendido muchísimo el trato tan cercano que he tenido con los clientes", comparte ilusionada. Cada día, su lugar de trabajo se ha convertido en un espacio acogedor donde los visitantes no solo encuentran libros, sino también una conexión humana especial entre amantes de la lectura.

Conocer a Sofía es una ventana hacia el alma de una joven apasionada por el mundo de las letras. "Esta oportunidad me ha permitido arraigarme y tener un mayor contacto con el mundo laboral", manifiesta contenta. Ella ha encontrado en la biblioteca un refugio donde su amor por los libros se enriquece día a día; además, le encanta leer y le “sería muy guay conocer todos los libros, pero es algo imposible”. Aunque todavía no tiene muy claro su futuro, ahora la graduada se lo ha estado planteando después de esta experiencia.

Sus palabras muestran cómo, a través de la dedicación y la pasión, un trabajo en apariencia tranquilo se convierte en una aventura llena de descubrimientos y oportunidades para crecer. Sofía lo ha tenido claro desde el primer minuto e invita a otros graduados o estudiantes a embarcarse a este programa: “Que lo prueben. Aunque sea por un corto periodo de tiempo, puedes tener posibilidades de quedarte”, expresa agradecida. “A mí me encanta mi pueblo, y si te gusta tu pueblo y tu zona, y lo que quieres o intentarías en tu vida es quedarte, es la mejor oportunidad que te pueden dar”, continua.

Gracias al Programa Desafío–Arraigo, Sofía cada día del verano ha tenido nuevos mundos por explorar entre las páginas de un libro o en las estanterías de la biblioteca municipal.