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Prácticas rurales en Alcalá de Moncayo

Última modificación
Jue , 26/09/2024 - 11:27

En un rincón tranquilo a los pies del Moncayo, donde la historia y la tradición se funden con la vida cotidiana se encuentra Alejandro Aranda, un graduado en Historia por la Universidad de Zaragoza con un propósito claro: preservar la historia y mantener vivida la cultura de su pueblo. Este joven natural de Alcalá del Moncayo, un lugar de poco más de 170 habitantes, ha convertido su pasión en una misión gracias al Programa Desafío-Arraigo, suscrito entre la Universidad de Zaragoza y la Diputación Provincial de Zaragoza.

Desde su infancia, Alejandro ha estado profundamente conectado con Alcalá del Moncayo. Sus veranos han trascurrido en este lugar, lo que avivó su interés por la historia local. La oportunidad de estudiar esta historia de manera más formal, respaldado por la universidad y con acceso a archivos, ha hecho realidad su vocación. "Estudiar la historia con recursos adicionales y el respaldo de la universidad gracias a esta beca es realmente satisfactorio", comenta Alejandro. "Lo que más me motivó fue la posibilidad de contribuir al desarrollo de mi pueblo. Siempre deseé vivir y trabajar en mi pueblo, y la investigación histórica se ha convertido en la forma perfecta de lograrlo", añade.

El trabajo de Alejandro se ha centrado en investigar la historia antigua y reciente de Alcalá del Moncayo. Cada día, ha adaptado su metodología y ha revisado múltiples archivos, a menudo transcribiendo documentos antiguos. De normal, selecciona cuidadosamente los documentos que ha ido investigado y se ha sumergido en la escritura de épocas pasadas. "Descifrar algo que quizás lleva a algo nuevo o te enseña partes de la historia perdida es lo que más me atrae", comparte. Su habilidad para leer las escrituras antiguas se ha convertido en una herramienta valiosa. Sin embargo, se enfrenta a un desafío significativo: solo los documentos que datan de entre 1.100 a 1.500 están digitalizados, mientras que los más recientes, escritos a mano, requieren un esfuerzo adicional. "Estamos trabajando en ello", asegura. "Alguien debe hacerlo para que la historia de nuestro pueblo y nuestra región no se pierda", agrega.

Lo que realmente ha emocionado a Alejandro es "descubrir algo inesperado". Cada día, su investigación se ha convertido en una aventura en la que teorías e hipótesis a menudo se han visto superadas por nuevos hallazgos. "Hoy, por ejemplo, he descubierto que había una Virgen del Pilar en un pilar que ya no existe en la entrada del pueblo", comparte Alejandro. Su dedicación se ha centrado en revivir tradiciones olvidadas y preservar la cultura de Alcalá. "La pérdida de población conduce a la pérdida de cultura, y a través de estos estudios, intentamos revivir gradualmente lo que solía ser nuestro pueblo", explica. La colaboración con los ancianos del pueblo ha sido fundamental, ya que poseen valiosos conocimientos y a veces documentos que han enriquecido la investigación.

Pero la investigación, va a ir más allá. Su objetivo final es escribir un libro que narre la historia y las tradiciones de Alcalá del Moncayo. Además, Alejandro ve en el turismo una oportunidad para compartir la riqueza cultural de la zona y en el campo en el que le gustaría avanzar. Con la investigación tiene claro que: “No busco que todos regresen al pasado para recrear las tradiciones, pero deseo recuperar alguna de las antiguas tradiciones y dar a conocer la cultura de nuestros antepasados”. La difusión de estos hallazgos y tradiciones ha sido esencial para él, ofreciendo una perspectiva única en contraste con la vida en la ciudad.

Alejandro tiene un mensaje inspirador para los estudiantes o graduados que deseen quedarse o regresar al entorno rural: “Si tienen la posibilidad de hacer algo en su pueblo, que lo hagan sin pensar porque es algo que van a hacer por su gente y por su pueblo y, al final, vas a generar valor. A parte, para los que son naturales de la ciudad, esta experiencia es una forma de conocer mundo, darle nueva vida al pueblo y de convivir en el entorno rural”. 

La historia y las tradiciones de Alcalá del Moncayo han experimentado un renacimiento gracias al trabajo de Alejandro Aranda. Este historiador es un ejemplo de cómo la pasión por la historia y la cultura pueden ser una fuente de empleo y desarrollo en las comunidades rurales. La práctica de Alejandro ha sido coordinada por Dani Barrero, un defensor de que los jóvenes regresen a sus pueblos de origen y alcancen sus objetivos. En Alcalá, están ansiosos por seguir atrayendo a nuevos jóvenes para expandir la oferta de actividades y oportunidades.

Juan Manuel Miravete Pérez del Corral

Graduado en Periodismo