Prácticas rurales en Aniñón

Muy cerca del curso del río Ribota y a menos de veinte kilómetros de Calatayud se encuentra Aniñón, un municipio con poco más de setecientos habitantes. Sin embargo, en sus calles y en su ambiente se aprecia que es un pueblo con mucha vida y con muchas historias que contar. Ubicada en lo alto de la localidad, desde donde se puede disfrutar de una vista espléndida, se encuentra la Cooperativa Niño Jesús. Según su descripción: “Es una de las más completas empresas de toda España desde el cooperativismo, vertebrando el territorio y cuidando el medio ambiente”. 

Entre melocotones, cerezas y uvas de la mejor calidad trabajan Marcos y Cristina, los dos estudiantes de Ciencia y Tecnología de Alimentos a los que el pueblo de Aniñón ha acogido con los brazos abiertos. 

Gracias a la iniciativa del Convenio Desafío–Arraigo suscrito entre la Universidad y la Diputación Provincial de Zaragoza, estos dos jóvenes están sumando a su currículum una increíble experiencia laboral. Además, disfrutan de un verano diferente en un nuevo entorno que les está sorprendiendo gratamente.

 Su labor en la cooperativa, además de ayudar en todo lo posible a su tutor, consiste en coger muestras de uvas y analizar sus cualidades. Estos análisis, además de facilitar el trabajo del enólogo, son cruciales para determinar el momento óptimo para la recogida.

Los dos están viviendo en un albergue, sin nadie alrededor, pero nunca se sienten solos: “el pueblo tiene un ambiente que para nada nos esperábamos. Todos los miércoles, los jueves y los fines de semana las calles se llenan de gente joven”.

Aniñón sigue recibiendo jóvenes estudiantes con cualificación que ya barajan un futuro fuera de la ciudad. Este primer contacto de Marcos y Cristina con la ruralidad de este entorno será muy positivo para su experiencia y para el futuro de un pequeño pueblo ilusionado con el cambio.